jueves, 5 de agosto de 2010

HISTORIA MEDIEVAL : PERIODIZACIÓN



La historia de los inicios de la Edad Media en Europa (la llamada Temprana Edad Media) presenta una cierta complejidad. Nos encontramos ante la desintegración de lo que fue el Imperio Romano de Occidente. Sumado a ello, el bagaje aportado por los pueblos germanos invasores y nuevas formas de organización social en desarrollo. Les proponemos dar un marco para la comprensión de este período de la historia medieval, a través del concepto eje: “transición”
La Edad Media, que abarca desde fines del siglo V d.C. (476, caída del Imperio Romano de Occidente) hasta mediados del siglo XV (1453, caída del Imperio Romano de Oriente), es un período histórico de gran complejidad. Para su mejor comprensión los historiadores han hecho una periodización de la historia medieval, nosotros tomaremos la siguiente como referencia:
 TEMPRANA EDAD MEDIA: comienza a fines del siglo V y llega hasta fin del siglo VIII
 ALTA EDAD MEDIA: abarca lo siglos IX a XI
 BAJA EDAD MEDIA: comienza a inicios del siglo XII y llega hasta mediados del siglo XV

La Temprana Edad Media se considera el período en que se produce la transición a la sociedad Feudal. Pues esta frase descontextualizada parece no explicarnos demasiado. Veamos entonces en nuestro siguiente artículo qué significan estos dos conceptos tan importantes en el estudio de la historia: “transición”
Hemos ya explicado que los primeros siglos de Historia Medieval (la Tempana Edad Media, fines siglo V a fin siglo VIII) se caracterizan por ser la etapa de transición entre dos modos de sociedades, esclavista y la sociedad feudal. Veamos pues qué significan estos términos en una forma simple y que facilite nuestra comprensión.
Transición
Los historiadores utilizan el término “transición” con baste frecuencia, para referirse a aquellas etapas históricas que transcurren entre la desarticulación de un modo de sociedad y el desarrollo de otra nueva y muy diferente del anterior.
Estas suelen ser etapas complejas de comprender. Porque en un mismo momento pueden estar presentes elementos de la vieja sociedad que aún siguen vigentes, y a su vez se van estableciendo elementos originales de la nueva sociedad que se está conformando.
Por ejemplo, en el período de transición entre la sociedad antigua (esclavista) y la feudal, coexisten distintos tipos de grupos sociales. Por ejemplo, esclavos que eran propiedad de sus amos, colonos que pagaban impuestos al Estado, junto con campesinos dependientes de grandes propietarios y campesinos libres”

Múltiples fueron las causas que provocaron la caída del Imperio romano de occidente. La Edad Antigua llegaba a su fin, para dar paso a la Edad Media, etapa de profundas transformaciones en las que Europa se cristianizó, las ciudades adquirieron nueva vida y surgieron nuevos Estados que mas adelante, en la Edad Moderna, darán lugar a varias de las naciones actuales. Para facilitar su estudio, los historiadores dividen a esta época en tres períodos: la Temprana Edad Media, extendida desde la caída del imperio hasta las invasiones bárbaras del siglo IX, caracterizada por la formación de los reinos romano germánicos, el Imperio Bizantino y la aparición y expansión del Islam.

SIGLO V, INVADEN LOS BÁRBAROS
Hacia fines del siglo V, pueblos germánicos, oriundos del Este y Norte de Europa, presionados por los hunos, irrumpieron violentamente las fronteras del debilitado Imperio, desencadenando su caída. En las décadas que siguieron, los germanos establecieron sus dominios y adoptaron valores y costumbres de los vencidos. Justamente, porque fusionaron sus culturas, se los denomina genéricamente romano germánico.



FUSIÓN CULTURAL: LOS REINOS ROMANO GERMÁNICOS

Suevos, Vándalos y Alanos ocuparon la península ibérica, mientras que Anglos, Jutos y Sajones cruzaron el Mar del Norte e invadieron las Islas Británicas. Burgundios y Francos ocuparon territorios de la actual Francia. Estos reinos corrieron diferente suerte. Algunos desaparecieron rápidamente, otros, perduraron y prosperaron durante siglos. Pero a pesar de sus diferencias, compartieron muchos rasgos en común. Por ejemplo: una economía rural, escasa actividad comercial, ciudades con poca población y aldeas que cada vez eran más autosuficientes.
Suevos, alanos y vándalos, sucesivamente cayeron bajo el poder de los visigodos, quienes ocuparon España y el sur de las Galias. Toledo, fue su capital, y luego de la conversión del rey Recaredo (589) al catolicismo, comenzó la integración con la cultura romana. Al mismo tiempo, los ostrogodos se afianzaban en Italia bajo el reinado de Teodorico. Este reino mantuvo excelentes relaciones con el Imperio bizantino, recurrió a la antigua nobleza romana para conformar su gobierno y legisló asegurando los derechos civiles de los pueblos conquistados, política que fue imitada por otros reinos romano germánicos.
Los burgundios también trataron de integrar conquistadores y conquistados, pero rápidamente cayeron bajo el avance de los francos, pueblo que consiguió ocupar las antiguas Galias romanas (actual Francia) cuando expulsaron a los visigodos del territorio (507). Estos reinos, en su mayoría, se organizaron como monarquías hereditarias, en las que sus habitantes se relacionaron a partir de su dependencia personal. Se hicieron cristianos, adoptaron el derecho romano y el latín se convirtió en la lengua elegida por las clases gobernantes. La Iglesia católica fue la gran transmisora de la herencia romana, facilitando la integración con la antigua población, creando un vínculo que habría de perdurar a través de los siglos.

Mientras la parte occidental del imperio caía ante los germanos, el imperio romano de Oriente y su capital, primero llamada Constantinopla y luego rebautizada Bizancio, resistió. La ciudad fue un rico centro comercial que unía las rutas marítimas y terrestres entre Europa, Asia y África. Del comercio que practicaba, se originó una abundante riqueza que le otorgó la fuerza para mantenerse por casi un milenio.

NACE EL ISLAM

Mientras en Europa se desarrollaban los reinos romanos germánicos, la mayor parte del territorio árabe era un inmenso desierto ocupado por un conjunto de tribus nómadas dedicadas a la actividad pastoril y comercial. El Islam nace en el siglo VII, de la mano de Mahoma, un árabe del desierto que predica una nueva religión basada en un Dios único. Por su prédica, fue perseguido y condenado a muerte. Obligado, abandona la ciudad de La Meca junto con sus seguidores, llamados musulmanes (“resignados a la voluntad de Dios”) y se refugia en Medina. Es allí donde se manifiesta la dimensión política del Islam. Durante diez años –del 622 al 632- Mahoma une la política a una religión en la que el Profeta es la voz de un Dios que todo lo ve. A este discurso le agrega una organización militar que le permite lograr el dominio de toda la península arábiga. Por primera vez, todo el mundo árabe se unirá bajo el mandato de un solo hombre. A su muerte, sus sucesores y sustitutos, recibirán el título de Califa, con autoridad absoluta tanto en lo político como en lo religioso. Ellos serán los encargados de expandir el islamismo, organizando los territorios conquistados en califatos.

Mahoma nació a fines del siglo VI. en la ciudad de la Meca, en Arabia. Era hijo de una familia pastores, muy humilde. Su primera ocupación, desde muy joven, fue como conductor de caravanas. Durante sus viajes. Mahoma se relacionó con judíos y cristianos, y ese trato le generó la idea de reformar la religión de su pueblo. Cuenta la tradición musulmana, que a Mahoma se le apareció en arcángel San Gabriel, y le dijo: Predica y Mahoma, empezó a predicar a los árabes la idea de un único Dios y la condenación de los ídolos que adoraban. La síntesis de su pensamiento puede concretarse en: No hay más Dios que Alah, y Mahoma es su profeta. Así nació el islamismo. Que quiere decir sometimiento, a quien muere por Alá, se le promete un paraíso de bienes materiales. A causa de su predicación, los árabes lo amenazaron de muerte y debió huir a la ciudad de Medina en el año 622, acto que se conoce con el nombre de La Hégira, y es el comienzo de la era musulmana. Vencidos sus opositores, Mahoma, puede volvería a La Meca y desde entonces fue el profeta de toda Arabia. Era en extraordinario orador, exponía su doctrina con un lenguaje hermoso y claro. De porte noble y varonil.
Los discípulos tomaban nota de todas las prédicas y luego las condensaron después de su muerte en sólo libro llamado: El Corán, que contiene 114 capítulos, y todos comienzan con la misma oración: En el nombre de Dios, clemente y misericordioso.
Los musulmanes de acuerdo con El Corán deben:
 Orar cinco veces al día, y a determinadas horas.
 Observar ciertos principios de higiene
 Practicar abluciones (purificarse por medio del lavado con agua)
 Ayunar durante un mes.
 Brindar abundante limosna a los pobres.
 Ordena llevar la guerra santa, a todo pueblo que no sea musulmán.

Los sucesores de Mahoma, se llamaron Califas o protectores de los creyentes, cumplieron con la guerra santa, llevando sus ejércitos por todos los pueblos que no profesaban el islamismo. Esta guerra, no era más ni menos, que guerra de expansión, conquistando pueblos de Asia Menor, Egipto, Persia, India, Túnez, Argelia, Marruecos y casi toda España. Con todos estos países se formó el imperio árabe, o imperio de los Califas (que cuando es conquistado por los turcos, los califas son reemplazados por los Sultanes)

Los árabes fundaron El Cairo en Egipto, y también fueron los responsables del saqueo e incendio de la famosa e increíble Biblioteca de Alejandría, con millares de volúmenes de una riqueza literaria extraordinaria, con el siguiente criterio de califa Omar:"Si todos estos libros repiten la verdad del Corán, sobran, y si las niegan son falsos". En menos de 100 años el imperio árabe, tomo proporciones extensas, pero al igual que el imperio romano, no pudo subsistir y fue dividido en tres califatos: el de España, el de Egipto y el de Oriente, con capitales Córdoba, El Cairo y Bagdad, respectivamente.( en el 750)

La lucha en España contra los musulmanes duró varios siglos. Empujados hasta el sur, Granada fue su último refugio, de donde fueron expulsados definitivamente en 1492, por los reyes católicos.



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